La mejor selección de frases celebres de Juan Pablo II las encontrarås aquí en imågenes y texto.

También tienes un resumen de su vida, biografía, curiosidades, vídeos, libros y películas.

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Te dejo con las frases celebres en imĂĄgenes tras los datos del autor…

…mapa con sus lugares, las frases tambiĂ©n en texto, vĂ­deos y curiosidades, libros, pelĂ­culas etc

FRASES CELEBRES DEL PAPA JUAN PABLO II:

Que vas a encontrar aqui:

ÂżQUIEN FUE KAROL WOJTYLA?

Måximo responsable o Papa de la Iglesia católica y del Vaticano desde  el año 1978 hasta su muerte en el año 2005.

Fue el Papa numero 264.

 

Nombre de Nacimiento:

Karol Józef WojtyƂa

Fecha de Nacimiento:

El 18 de mayo de 1920

Fecha de Fallecimiento:

El El 2 de abril de 2005 (a los 85 años de edad)

Lugar de Nacimiento:

En Wadowice, Polonia.

Lugar de Fallecimiento:

En Ciudad del Vaticano, Vaticano.

ACCEDE A SU BIOGRAFÍA:

Te dejo el enlace a la biografĂ­a Autor en la wikipedia.

 

VÍDEO SOBRE LA VIDA DEL PAPA WOJTYLA:

LOS LUGARES PRINCIPALES EN LA VIDA DE JUAN PABLO II:

Aqui encontraras marcados en el Google Maps las localizaciones mas importantes en la vida del autor, como su lugar de nacimiento, donde viviĂł o creo sus mejores obras, donde muriĂł y muchas otras mĂĄs. Navega por el mapa y selecciona los Iconos para saber la ubicaciĂłn.

Wadowice, Polonia: Lugar de nacimiento

Ciudad del Vaticano: Lugar de fallecimiento.

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LAS MEJORES FRASES CÉLEBRES DEL PAPA JUAN PABLO II EN TEXTO:

  • A la luz de la fe, la solidaridad tiende a superarse a sĂ­ misma, al revestirse de las dimensiones especĂ­ficamente cristianas de gratuidad total, perdĂłn y reconciliaciĂłn.
  • A una familia que hace oraciĂłn no le faltarĂĄ nunca la conciencia de la propia vocaciĂłn fundamental: la de ser un gran camino de comuniĂłn.
  • Acompañad a vuestros alumnos con paciencia y sabidurĂ­a; esforzaos en abrir sus mentes y sus corazones a la verdad y al bien, educĂĄndolos en la autĂ©ntica justicia y en la paz.
  • Algunos teĂłlogos contemporĂĄneos de Galileo no supieron interpretar el significado profundo, no literal, de las Escrituras, cuando Ă©stas describen la estructura fĂ­sica del universo creado.
  • Amar es esencialmente entregarse a los demĂĄs.
  • Amar es lo contrario de utilizar.
  • Amemos al hombre, a cada hombre, mujer y a cada niño, porque son parte de la humanidad que amamos.
  • ConfiĂł el «compromiso de la paz» sobre todo a los jĂłvenes. Es indispensable educar a las nuevas generaciones en la paz, que debe convertirse cada vez mĂĄs en estilo de vida.
  • Cristo, al haber llamado como apĂłstoles suyos solo a varones, no se amoldĂł al uso dominante y a la tradiciĂłn avalada por la legislaciĂłn de su tiempo, y puso en evidencia la dignidad y la vocaciĂłn de la mujer.
  • Cuando al hombre se le pone como medida de todas las cosas, se le convierte en esclavo de su propia finitud.
  • Cuando el cristianismo se convierte en instrumento del nacionalismo, queda herido en su corazĂłn y se convierte en estĂ©ril.
  • Cuando la muerte se prevĂ© inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarĂ­an una prolongaciĂłn precaria y penosa de la existencia.
  • Cuando orĂ©is, no seĂĄis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad.
  • De todas las cosas sin importancia, el fĂștbol es, de largo, la mĂĄs importante.
  • Debemos perdonar siempre, recordando que nosotros mismos hemos necesitado el perdĂłn. Tenemos necesidad de ser perdonados mucho mĂĄs a menudo que de perdonar.
  • Declaro que la Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenaciĂłn sacerdotal a las mujeres, y que mi dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
  • Deja que Cristo te encuentre.
  • Dejadme ir a la casa del Padre.
  • Deseo llamar la atenciĂłn… Basta con mirar la realidad de la multitud ingente de hombres y mujeres, niños, adultos y ancianos; en una palabra, personas concretas e irrepetibles que sufren el peso intolerable de la miseria.
  • Dios no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados a nosotros mismos.
  • Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del orgulloso.
  • Dios, creador de todas las cosas y Señor del cosmos, estĂĄ unido con cada hombre y mujer por una relaciĂłn de amor.
  • El amor es mĂĄs fuerte.
  • El amor es tambiĂ©n el Ășnico criterio segĂșn el cual todo debe hacerse y no hacerse, cambiarse y no cambiarse. Es el principio que debe dirigir toda acciĂłn y el fin al que debe tender. Actuando con amor o inspirados por el amor, nada es disconforme y todo es bueno.
  • El amor serĂĄ fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades de los demĂĄs como propias y comparta con ellos lo que posee.
  • El Artista divino, con admirable condescendencia, trasmite al artista humano un destello de su sabidurĂ­a trascendente, llamĂĄndolo a compartir su potencia creadora.
  • El artista vive una relaciĂłn peculiar con la belleza. En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocaciĂłn a la que el Creador le llama con el don del talento artĂ­stico.
  • El artista, cuando realiza una obra maestra, no sĂłlo da vida a su obra, sino que por medio de ella, en cierto modo, descubre tambiĂ©n su propia personalidad.
  • El artista, cuanto mĂĄs consciente es de su «don», tanto mĂĄs se siente movido a mirar hacia sĂ­ mismo y hacia toda la creaciĂłn con ojos capaces de contemplar y de agradecer, elevando a Dios su himno de alabanza. SĂłlo asĂ­ puede comprenderse a fondo a sĂ­ mismo, su propia vocaciĂłn y misiĂłn.
  • El derecho internacional, el diĂĄlogo leal, la solidaridad entre los Estados, el ejercicio tan noble de la diplomacia son los medios dignos de los hombres y de las naciones para superar sus contiendas.
  • El desarrollo es el nuevo nombre de la paz.
  • El diĂĄlogo, basado en sĂłlidas leyes morales, facilita la soluciĂłn de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razĂłn y de la humanidad.
  • El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad. Su papel especialĂ­simo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz.
  • El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razĂłn, se puede decir que es un ser familiar.
  • El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sĂ­ mismo un ser incomprensible, su vida estĂĄ privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa de Ă©l vivamente. El amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el mas fuerte de todos.
  • El hombre no puede vivir sin orar, lo mismo que no puede vivir sin respirar.
  • El interlocutor debe ser coherente con las propias tradiciones y convicciones religiosas y abierto para comprender las del otro, sin disimular o cerrarse, sino con una actitud de verdad, humildad y lealtad, sabiendo que el diĂĄlogo puede enriquecer a cada uno.
  • El mĂĄs indestructible de los milagros es la fe humana en ellos.
  • El matrimonio es la comuniĂłn de vida. Es la casa. Es el trabajo. Es el cuidado de los hijos. Es tambiĂ©n alegrĂ­a y esparcimiento comunes.
  • El que ama, desea darse a sĂ­ mismo.
  • El recurso a la fuerza constituye siempre una derrota de la humanidad.
  • El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad.
  • El secreto de la paz estĂĄ en el respeto de los derechos humanos.
  • El sentido mĂĄs verdadero y profundo de la vida es un don que se realiza al darse.
  • El sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la pasiĂłn de Cristo.
  • El terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un autĂ©ntico crimen contra la humanidad.
  • El verdadero Ă©xito de la globalizaciĂłn se determinarĂĄ en la medida en que la misma permita disfrutar a cada persona de los bienes bĂĄsicos de alimento y vivienda, educaciĂłn y empleo, paz y progreso social, desarrollo econĂłmico y justicia.
  • En contacto con las obras de arte, la humanidad de todos los tiempos -tambiĂ©n la de hoy- espera ser iluminada sobre el propio rumbo y el propio destino.
  • En la raĂ­z de la insensata destrucciĂłn del medio natural hay un error antropolĂłgico por desgracia muy difundido en nuestro tiempo…el hombre cree que puede disponer arbitrariamente de la tierra, sometiĂ©ndola sin reservas a su voluntad como si ella no tuviese una fisonomĂ­a propia.
  • En nuestras noches fĂ­sicas y morales, si tĂș estĂĄs presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolaciĂłn.
  • En nuestros dĂ­as se advierte la creciente conciencia de que la paz mundial estĂĄ amenazada, no solo por la carrera de armamentos, los conflictos regionales y las injusticias que todavĂ­a existen en los pueblos y entre las naciones, sino tambiĂ©n por la falta de respeto a la naturaleza, a la explotaciĂłn desordenada de sus recursos y el progresivo deterioro de la calidad de vida.
  • En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios.
  • En relaciĂłn con el hombre, la ciencia no puede considerarse neutral: es, en efecto, un don que viene de lo alto.
  • Es necesario el pleno respeto a la dignidad de cada pueblo, con sus caracterĂ­sticas histĂłricas y culturales.
  • Es necesario que los Dirigentes de las Organizaciones EconĂłmicas, Sociales, PolĂ­ticas y Religiosas (de todo el mundo) comprendan mas la necesidad de una radical renovaciĂłn personal y social capaz de asegurar justicia, solidaridad, honestidad y transparencia.
  • Es todavĂ­a mĂĄs urgente proclamar, con voz decidida, que sĂłlo la paz es el camino para construir una sociedad mĂĄs justa y solidaria.
  • Es un deber para los creyentes, cualquiera sea su religiĂłn, proclamar que nunca podremos ser felices unos contra otros; nunca el futuro de la humanidad podrĂĄ ser asegurado con el terrorismo y la lĂłgica de la guerra.
  • Esta entrega nuestra traspaso de propiedad, nos marcĂł con una señal particular, que pasĂł a ser nuestra identidad.
  • Existe el derecho comĂșn de todos a usar los bienes de la entera creaciĂłn. Es inaceptable la postura del rĂ­gido capitalismo que defiende el derecho exclusivo a la propiedad privada de los medios de producciĂłn como un dogma intocable en la vida econĂłmica.
  • Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazĂłn.
  • Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentĂ­a su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, serĂĄ difĂ­cil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz.
  • Hay que alentar con firme determinaciĂłn el camino del diĂĄlogo y de la mutua comprensiĂłn en el respeto de las diferencias, de forma que la autĂ©ntica paz pueda lograrse y tenga lugar el encuentro entre los pueblos en un contexto de solidario acuerdo.
  • Hay que apoyar al hombre simple y fundamentalmente por la causa del hombre mismo y no por otros motivos ni razones.
  • Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoĂ­smo, o incluso la inmoralidad en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. La pureza de corazĂłn, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior.
  • Incluso cuando Dios parece guardar silencio ante la opresiĂłn, la injusticia o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es invocado.
  • Internet es ciertamente un nuevo foro.
  • Internet ofrece amplios conocimientos, pero no enseña valores; y cuando se descuidan los valores, se degrada nuestra misma humanidad, y el hombre con facilidad pierde de vista su dignidad trascendente.
  • JesĂșs, sobre todo con su estilo de vida y con sus acciones, demostrĂł como en el mundo en que vivimos estĂĄ presente el amor, el amor operante, el amor que se dirige al hombre y abraza todo lo que forma su humanidad. Este amor se hace notar particularmente en contacto con el sufrimiento, la injusticia, la pobreza; en contacto con toda la condiciĂłn humana histĂłrica, que de distintos modos manifiesta la limitaciĂłn y la fragilidad del hombre, ya fĂ­sica, ya moral.
  • La autĂ©ntica intuiciĂłn artĂ­stica va mĂĄs allĂĄ de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido.
  • La autĂ©ntica religiĂłn no apoya el terrorismo y la violencia, sino que busca promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana.
  • La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente.
  • La conciencia de la que hablamos no se refiere solamente a los individuos, sino tambiĂ©n a las naciones y a los pueblos, los cuales, como entidades con una determinada identidad cultural, son particularmente sensibles a la conservaciĂłn, libre gestiĂłn y promociĂłn de su propio patrimonio.
  • La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan rĂ­os de agua viva.
  • La cruz se transforma tambiĂ©n en sĂ­mbolo de esperanza. De instrumento de castigo, se convierte en imagen de vida nueva, de un mundo nuevo.
  • La cruz, en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en le amor, para vivir eternamente.
  • La democracia necesita de la virtud si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular.
  • La entrega total y la fidelidad permanente al Amor constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo.
  • La espiral de la violencia sĂłlo la frena el milagro del perdĂłn.
  • La familia debe ayudar al hombre a discernir la propia vocaciĂłn y a poner todo el empeño necesario en orden a una mayor justicia, formĂĄndolo desde el principio para unas relaciones interpersonales ricas en justicia y amor.
  • La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guĂ­an durante toda su vida.
  • La familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura rica en sorpresas, pero abierta sobre todo a la gran sorpresa de Dios, que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida.
  • La familia estĂĄ llamada a ser templo, o sea, casa de oraciĂłn: una oraciĂłn sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oraciĂłn que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oraciĂłn.
  • La familia, en cuanto es y debe ser siempre comuniĂłn y comunidad de personas, encuentra en el amor la fuente y el estĂ­mulo incesante para acoger, respetar y promover a cada uno de sus miembros en la altĂ­sima dignidad de personas, esto es, de imĂĄgenes vivientes de Dios.
  • La Fe no teme a la RazĂłn. Estas son como dos alas con las cuales el espĂ­ritu humano se eleva hacia la contemplaciĂłn de la verdad.
  • La fe, ademĂĄs de conocerla, hay que vivirla…
  • La guerra es siempre una derrota de la humanidad.
  • La Iglesia asume una actitud crĂ­tica tanto ante el capitalismo liberal como ante el colectivismo marxista.
  • La Iglesia es el corazĂłn de la humanidad.
  • La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo.
  • La Iglesia se dirige al hombre en pleno respeto a su libertad; propone, no impone nada; respeta las personas y las culturas, y se detiene ante el sagrario de la conciencia.
  • La Iglesia, pues, tiene necesidad del arte.
  • La intervenciĂłn humanitaria mĂĄs poderosa sigue siendo siempre la oraciĂłn, pues constituye un enorme poder espiritual, sobre todo cuando va acompañada por el sacrificio y el sufrimiento.
  • La justicia, edificarĂĄ la paz cuando cada uno respete concretamente los derechos ajenos y se esfuerce por cumplir plenamente los mismos deberes con los demĂĄs.
  • La juventud no estĂĄ muerta cuando estĂĄ cercana al maestro.
  • La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicaciĂłn humana, no sĂłlo en relaciĂłn con los hechos y la informaciĂłn, sino tambiĂ©n y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien comĂșn, respecto a nuestra relaciĂłn con Dios.
  • La libertad, alimentarĂĄ la paz y la harĂĄ fructificar cuando, en la elecciĂłn de los medios para alcanzarla, los individuos se guĂ­en por la razĂłn y asuman con valentĂ­a la responsabilidad de las propias acciones.
  • La libertad, en todos sus aspectos, debe de estar basada en la verdad.
  • La oraciĂłn debe ir antes que todo: quien no lo entienda asĂ­, quien no lo practique, no puede excusarse de la falta de tiempo: lo que le falta es amor.
  • La oraciĂłn es tambiĂ©n un arma para los dĂ©biles y para cuantos sufren alguna injusticia. Es el arma de la lucha espiritual que la Iglesia libra en el mundo, pues no dispone de otras armas.
  • La paz es un don de Dios y, al mismo tiempo, una tarea de todos.
  • La paz es uno de los bienes mĂĄs preciosos para las personas, para los pueblos y para los Estados.
  • La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad.
  • La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazĂłn.
  • La paz y la violencia germinan en el corazĂłn del hombre, sobre el cual sĂłlo Dios tiene poder.
  • La paz, se realiza respetando el orden internacional y el derecho internacional, que deben ser las prioridades de todos aquellos que tienen a su cargo el destino de las Naciones.
  • La peor prisiĂłn es un corazĂłn cerrado.
  • La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinaciĂłn firme y perseverante de empeñarse por el bien comĂșn, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos.
  • La universalidad de la salvaciĂłn no significa que se conceda solamente a los que, de modo explĂ­cito, creen en Cristo y entraron en la Iglesia. Si es destinada a todos, la salvaciĂłn en verdad debe de estar a disposiciĂłn de todos.
  • La verdad y la solidaridad son dos elementos claves que permiten a los profesionales de los medios de comunicaciĂłn convertirse en promotores de la paz.
  • La verdad, erĂĄ fundamento de la paz cuando cada individuo tome conciencia rectamente, mĂĄs que de los propios derechos, tambiĂ©n de los propios deberes con los otros.
  • La verdadera reconciliaciĂłn entre hombres enfrentados y enemistados sĂłlo es posible si se dejan reconciliar al mismo tiempo con Dios.
  • la vida es un sueño de juventud que debe realizarse.
  • La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepciĂłn. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales estĂĄ el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.
  • La vida moral se presenta como la respuesta debida a las iniciativas gratuitas que el amor de Dios multiplica a favor del hombre.
  • La violencia jamĂĄs resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramĂĄticas.
  • La violencia y las armas no pueden resolver nunca los problemas de los hombres.
  • Las cuestiones controvertidas nunca deben resolverse con el recurso de las armas.
  • Las deportaciones forzadas, la eliminaciĂłn sistemĂĄtica de pueblos y el desprecio de los derechos fundamentales de la persona son las tragedias que, desgraciadamente, aĂșn hoy humillan a la humanidad.
  • Las obras de arte hablan de sus autores, introducen en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribuciĂłn que ofrecen a la historia de la cultura.
  • Les pido a todos, a todo el pueblo, que por lo menos dejen una ventana abierta para que Cristo entre en sus vidas
    Lo mismo en la época de las lanzas y las espadas que en la era de los cohetes nucleares, la primera víctima es el corazón del hombre.
  • Los animales necesitan nuestra ayuda, San Francisco se interesaba por los animales desvalidos y por los pobres.
  • Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminaciĂłn, estĂĄn llamados a construir la paz.
  • Los medios de comunicaciĂłn han acostumbrado a ciertos sectores sociales a escuchar lo que halaga los oĂ­dos.
  • Los medios de ComunicaciĂłn social: un ĂĄmbito moderno para la promociĂłn de la mujer en la sociedad.
  • Los padres tienen derechos y reponsabilidades especĂ­ficos en la educaciĂłn y la formaciĂłn de sus hijos en los valores morales, especialmente en la dificĂ­l edad de la adolescencia.
  • Los pobres no pueden esperar.
  • Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la naciĂłn.  Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida.
  • Ni el pecado original, ni toda la historia de los pecados personales y de los pecados sociales han logrado disuadir al eterno Padre de su Amor.
  • Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo es su garante.
  • NingĂșn pecado del hombre puede cancelar la misericordia de Dios.
  • No debe buscarse ninguna recompensa mayor que el amor mismo.
  • No habrĂĄ paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios econĂłmicos que todavĂ­a existen.
  • No hay ninguna sociedad que estĂĄ libre de elementos negativos. Hasta el rosal tiene espinas.
  • No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdĂłn.
  • No matĂ©is. No preparĂ©is a los hombres destrucciĂłn y exterminio.
  • No raramente la mujer estĂĄ sometida a presiones tan fuertes que se siente obligada psicolĂłgicamente a ceder al aborto; no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a los que directa e indirectamente la forzaron a abortar.
  • No se trata solamente de dar lo superfluo, sino de ayudar a pueblos enteros -que estĂĄn excluĂ­dos y marginados- a que entren en el cĂ­rculo del desarrollo econĂłmico y humano. Esto serĂĄ posible no sĂłlo utilizando lo superfluo, que nuestro mundo produce en abundancia, sino cambiando sobre todo los estilos de vida, los modelos de producciĂłn y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad.
  • No tengĂĄis miedo de mirarlo a Él.
  • No tengĂĄis miedo a abrir las puertas a Cristo.
  • No todos estĂĄn llamados a ser artistas en el sentido especĂ­fico de la palabra. Sin embargo, segĂșn la expresiĂłn del GĂ©nesis, a cada hombre se le confĂ­a la tarea de ser artĂ­fice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra.
  • Nosotros los cristianos, en particular, estamos llamados a ser centinelas de la paz, en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos pide que vigilemos para que las conciencias no cedan a la tentaciĂłn del egoĂ­smo, de la mentira y de la violencia.
  • Nunca mĂĄs la guerra. Que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y trastorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sĂ­ un rastro de rencores y odio, y hace mĂĄs difĂ­cil la soluciĂłn de los problemas que la provocaron.
  • Occidente parece inclinarse a unas formas de aislamiento creciente y egoĂ­sta.
  • OjalĂĄ el milenio que ahora inicia sea una Ă©poca en la que finalmente la llamada de tantos hombres, hermanos nuestros, que no poseen lo mĂ­nimo para vivir, encuentre escucha y acogida fraterna.
  • Orar no significa sĂłlo que podemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significa tambiĂ©n callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir.
  • Otras naciones necesitan reformar algunas estructuras y, en particular, sus instituciones polĂ­ticas, para sustituĂ­r regĂ­menes corrompidos, dictatoriales o autoritarios, por otros democrĂĄticos y participativos.
  • Para que tengan lugar los cambios estructurales deseados, no son suficientes iniciativas e intervenciones externas; se requiere ante todo una conversiĂłn conjunta de los corazones al amor.
  • Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia y de perdĂłn, que apague los sentimientos de odio en el ĂĄnimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y guĂ­e los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la comprensiĂłn recĂ­proca, de la solidaridad y la reconciliaciĂłn.
  • Pido para vosotros la gracia de la luz y de la fuerza Espiritual en el sufrimiento, para que no perdĂĄis el valor, sino que descubrĂĄis individualmente el sentido del sufrimiento y podĂĄis, con la oraciĂłn y el sacrificio, aliviar a los demĂĄs.
  • Pido perdĂłn por las injusticias infligidas a los no catĂłlicos en el curso de la atormentada historia de estas gentes; y al mismo tiempo aseguro el perdĂłn de la Iglesia CatĂłlica por el daño que han sufrido sus hijos.
  • Por eso AmĂ©rica: si quieres la paz, trabaja por la justicia. Si quieres la justicia defiende la vida. Si quieres la vida, abraza la verdad, la verdad revelada por Dios.
  • Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinĂłnimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad.
  • Queridos artistas, sabĂ©is muy bien que hay muchos estĂ­mulos, interiores y exteriores, que pueden inspirar vuestro talento. No obstante, en toda inspiraciĂłn autĂ©ntica hay una cierta vibraciĂłn de aquel «soplo» con el que el EspĂ­ritu creador impregnaba desde el principio la obra de la creaciĂłn.
  • Quien percibe en sĂ­ mismo esta especie de destello divino que es la vocaciĂłn artĂ­stica, advierte al mismo tiempo la obligaciĂłn de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prĂłjimo y de toda la humanidad.
  • Sabed tambiĂ©n vosotros, queridos amigos, que esta misiĂłn no es fĂĄcil. Y que puede convertirse incluso en imposible, si sĂłlo contĂĄis con vosotros mismos. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
  • Sentir la pobreza ajena como propia.
  • Si algunos teĂłlogos afirman que la misericordia es el mĂĄs grande entre los atributos y las perfecciones de Dios, la Biblia, la TradiciĂłn y toda la vida de fe del Pueblo de Dios dan testimonios exhaustivos de ello.
  • Si la producciĂłn de armas es un grave desorden que reina en el mundo actual respecto de las verdaderas necesidades de los hombres y el uso de los medios adecuados para satisfacerlas, no lo es menos el comercio de las mismas. MĂĄs aĂșn, a propĂłsito de esto, es preciso añadir que el juicio moral es aĂșn mĂĄs severo.
  • Si nos alejamos de Dios, ÂżquiĂ©n nos garantiza que un dĂ­a un poder humano no reivindique de nuevo el derecho a decidir quĂ© vida humana vale y cuĂĄl no vale?.
  • Sin Dios la sociedad acaba deshumanizada.
  • Solamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar la verdad.
  • Soy un joven de 83 años.
  • Su Majestad, sĂ© que estĂĄ profundamente preocupado por la paz en su tierra y en toda la regiĂłn. SĂ© tambiĂ©n lo importante que es para usted el que todos los jordanos, musulmanes y cristianos, se consideren un solo pueblo y una sola familia. En esta regiĂłn del mundo existen graves y urgentes cuestiones relativas a la justicia y a los derechos de los pueblos y de las naciones que tienen que ser resueltas por el bien de todos aquellos que estĂĄn involucrados y como condiciĂłn para una paz duradera.
  • TambiĂ©n vosotros, queridos jĂłvenes, os enfrentĂĄis al sufrimiento: la soledad, los fracasos y las desilusiones en vuestra vida personal; las dificultades para adaptarse al mundo de los adultos y a la vida profesional; las separaciones y los lutos en vuestras familias; la violencia de las guerras y la muerte de los inocentes. Pero sabed que en los momentos difĂ­ciles, que no faltan en la vida de cada uno, no estĂĄis solos: como a Juan al pie de la Cruz, JesĂșs os entrega tambiĂ©n a vosotros su Madre, para que os conforte con su ternura.
  • Tenemos que comprender que nuestro bien mĂĄs grande es la uniĂłn de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial, pues sĂłlo asĂ­ podemos recibir todo su amor, que nos lleva a la salvaciĂłn y a la plenitud de la vida.
  • Todo ser humano, desde su concepciĂłn, tiene derecho a nacer, es decir, a vivir su propia vida. No sĂłlo el bienestar, sino tambiĂ©n, en cierto modo,el ser mismo de la sociedad, dependen de la salvaguardia de este derecho primoldial. Si se niega al niño por nacer este derecho, resultarĂĄ cada vez mĂĄs difĂ­cil reconocer sin discriminaciones el mismo derecho a todos los seres humanos.
  • Todos los artistas tienen en comĂșn la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfecciĂłn fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sĂłlo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espĂ­ritu.
  • Un artista consciente de todo ello sabe tambiĂ©n que ha de trabajar sin dejarse llevar por la bĂșsqueda de la gloria banal o la avidez de una fĂĄcil popularidad, y menos aĂșn por la ambiciĂłn de posibles ganancias personales.
  • Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo.
  • Ya PĂ­o XII afirmaba que es lĂ­cito suprimir el dolor por medio de narcĂłticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida.

Ultima actualización:  16 de febrero de 2019

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